Leyes


"Nuestra ley es la ley del agua, es la ley del sol, la ley del rayo. No admite reformas, no conoce decretos, no acepta constituciones ni políticas, porque nuestra ley que rige la vida permanece en el tiempo. Para que la armonía vuelva a nuestras vidas, es necesario que la ley creada por los hombres respete y acate la ley de origen, la ley natural, la ley de la vida, la suprema ley de los Mamos"
Los Mamos son los guías espirituales del pueblo kogui, habitantes de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia

viernes, 7 de enero de 2011

año nuevo

Comencé el 2011   con el retorno a la sección política después de haber estado siete años en información general, o sociedad, como también se le dice. Es  inevitable pensar que  hay un cambio en la etapa política, que podemos hablar de avances de los sectores populares, que la posibilidad de escribir de los indígenas y también de los campesinos es para celebrar y, por sobre todo, aprovechar. Y avanzar. El desafío es personal pero lo tomo con tranquilidad. 
La situación en Formosa y, en particular, las derivaciones políticas de la decisión de Félix Díaz, de pelear 1300 hectáreas contra la provincia, la universidad y la familia Celía muestran la relación de fuerzas, claramente desfavorable para los indios y, el insaciable poder de, en este caso, el gobernador Gildo Insfrán. Aunque aliados no le faltan a Díaz, juntos o separados tienen un peso bien relativo que prácticamente no cuenta para nada en el desarrollo de los hechos.
Otro punto es el comportamiento de las organizaciones indígenas, las que están relacionadas con el Estado en una especie de relación clientelar y las que tienen y mantienen distancia con los organismos específicos, lo que convierte a sus intervenciones en testimonios y declaraciones  con mucho valor ético pero de nula incidencia política.
La aparición de Félix Díaz en el gran escenario de la política nacional, con apenas su vocación inquebrantable de recuperar las tierras y con las leyes en la mano, descolocó a demasiados. Los funcionarios nacionales, poco acostumbrados a lidiar con indígenas que, encima, no negocian, es decir, no aceptan puestos ni plata en efectivo ni prebendas. Esa actitud del qom pone en evidencia que el poder no tarda mucho en encontrar el precio de muchos dirigentes pero decir esto, quizás, es decir mucho. En todo caso el qom cuenta con solidaridades que tienen ante sí el desafío de la creatividad y la imaginación para impedir que el caso se pierda con el correr de los días y Félix y su familia pasen a formar parte del paisaje porteño. Conociéndolo un poco nadie podría pensar que esto pueda ocurrir pero es bien cierto que si vuelve a La Primavera ¿Cuánto tiempo podría él andar ejerciendo sus derechos sin sufrir un accidente o un atentado?
Sin dudas Félix pone en cuestión no sólo a los derechos humanos si o no para los indios, sino a la misma y tan famosa democracia.

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