Con el estandarte de una radio campesina el proyecto crece entre piedras y tierra, pozos de agua, corrales para chanchos, gallinas, una huerta y aulas, muchas para los estudiantes locales, regionales y de otros países. Es que la UniCam integra el Movimiento Nacional Campesino Indígena-Vía Campesina (MNCI-VC) que está hermanado globalmente y por eso recibe jóvenes rurales de todo el mundo. De hecho ahora se preparan para las Jornadas Voluntarias de Trabajo y Buen Vivir entre el 10 de enero y el 20 de febrero dirigidas a cientos de jóvenes visitantes y a las que prácticamente cualquiera puede asistir. Hay que presentarse y llegar. Nada más importante para el movimiento campesino que establecer alianzas, hacer amigos, contar qué quieren, cómo lo quieren y por qué. El proyecto educativo está coordinado por Angel Strappazzón, dueño de una energía muy especial. Cuando él llega el aire cambia pero de eso hablaremos en otro momento.
Suri, el nombre que los campesinos eligieron para el instituto no tiene nada de azaroso por que se trata de un animal muy importante en las culturas indígenas asunto bien reflejado en la iconografía anterior a la invasión y conquista española. Es un avestruz o ñandú que anuncia la lluvia corriendo y sacudiendo las enormes alas grises. Para los agricultores la lluvia es tan importante como el aire y el monte de ahí la devoción por el animalito. Por lo demás, cuando uno va por la ruta, una mirada atenta lo puede descubrir en los campos desmontados de cualquier parte del norte argentino. Como la UniCam es muy hospitalaria, entre tantos visitantes que prolongan sus estadías llegó una joven italiana "Maga" ceramista que en uno de los salones o aulas dejó en el piso varios diseños, entre ellos la famosa silueta del anunciador de lluvias, de fertilidad y alimentos.
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