Sin packaging ni marketing sino como lo que son, simples alimentos para el cuerpo y el alma que se entregan en mano sin intermediarios.
Y hablando de comida, los amigos que hice apenas llegar a Cochabamba me contaron que el gran Werner Herzog, quien por estos días filma en Bolivia "Sal y fuego" -todo lo que sé es que los escenarios son el salar de Uyuni y localidades de Cochabamba y de Santa Cruz de la Sierra- quiso probar el famoso "chicharrón", plato estrella de la gastronomía andina pero no tuvo suerte porque era domingo. Sus productores no pudieron resolver el pedido de algo tan simple como un chicharrón porque ese día todo el mundo descansa y los tiempos de los equipos de filmación tienen sus rigores.
Sí, ese plato que ven en la foto más la jarra de chicha, cuyo vaso
es la mitad de un mate o calabaza, alcanzó para tres personas, mi anfitrión Guillermo, Huascar que nos presentaba al lugar y a sus habitantes, y yo.
Papas andinas, mote (maíz cocido al vapor o hervido) acompañaban al chancho que sale frito de una enorme paila. La imprescindible llajua, de locoto y tomate para enardecer el paladar, completa lo que es más que un plato de comida. Se trata de una tradición que cada fin de semana convoca a los bolivianos a compartir con la milenaria chicha, dulzona, sencilla e inolvidable.
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